un nuevo enfoque irani para la seguridad y la prosperidad regional-Artculo de Vice presidente de Iran

El articulo del vicepresidente de Ir#225n acerca de c#243mo su pa#237s puede hacer que la regi#243n sea m#225s segura y pr#243spera publicado en el Economist

Amistad en lugar de enemistad

 

Un nuevo enfoque iraní para la seguridad y la prosperidad regional

por M. Javad Zarif
El vicepresidente de Irán acerca de cómo su país puede hacer que la región sea más segura y próspera

 

Como estudiante de relaciones internacionales con décadas de experiencia en la diplomacia global, escribo esto no como representante del Gobierno iraní, sino únicamente a título personal. Mis experiencias me han enseñado que lograr la estabilidad en Asia Occidental, particularmente en la región del Golfo Pérsico, requiere más que una simple gestión de crisis. Exige iniciativas audaces y visionarias. Propongo la creación de una Asociación de Diálogo de Asia Occidental Musulmana (MWADA, por sus siglas en inglés) como el mecanismo para lograr esta transformación.

MWADA invita a todos los países musulmanes principales de Asia Occidental —Baréin, Egipto, Irán, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Arabia Saudita, (el futuro gobierno de) Siria, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Yemen— a participar en negociaciones integrales. También pueden participar enviados relevantes de las Naciones Unidas. Esta iniciativa debe basarse en los valores sublimes de nuestra religión común, el Islam, y en los principios de soberanía, integridad territorial, de la no intervención y seguridad colectiva. MWADA, que significa “amistad” en árabe—el idioma de nuestras oraciones colectivas—debería aspirar a fomentar la coexistencia pacífica y asociaciones equitativas.

Una prioridad clave es el establecimiento de ceses al fuego inmediatos, sostenibles y permanentes en Gaza, Líbano, Siria y Yemen. Un pacto de no agresión entre los estados de MWADA, junto con un monitoreo regional colectivo, ayudará a institucionalizar la estabilidad y proteger la región tanto de interferencias externas como de conflictos internos.

La integración económica también es central en esta visión. La falta de interdependencia dentro de Asia Occidental se debe a redes comerciales fragmentadas, atención insuficiente al desarrollo de mecanismos bancarios y de pago intrarregionales, rivalidades políticas y una dependencia de mercados externos. Un Fondo de Desarrollo de MWADA propuesto puede financiar proyectos de infraestructura críticos, particularmente en áreas devastadas por conflictos. Además, las reformas de gobernanza en Siria—como base para la asistencia económica—promoverán la rendición de cuentas y sentarán las bases para un país seguro y estable donde las mujeres y las minorías puedan prosperar.

La Siria post-Asad representa un gran desafío para todos nosotros. La agresión desenfrenada de Israel que ignora la soberanía siria, la interferencia extranjera que socava la integridad territorial siria, las escenas horribles de violencia y brutalidad que recuerdan la barbarie del Estado Islámico, y la violencia étnica y sectaria—que podría derivar en una guerra civil total—requieren la atención inmediata de la propuesta MWADA.

El desastre humanitario en Palestina también sigue siendo crítico para la estabilidad regional. MWADA debe priorizar la autodeterminación palestina y apoyar soluciones justas mientras respeta plenamente las aspiraciones de la población. Esto implica no solo soluciones políticas, sino también oportunidades económicas y el reconocimiento de los derechos palestinos.

MWADA proporcionará terreno fértil para proyectos de infraestructura, desde transporte hasta oleoductos de energía y redes de telecomunicaciones. Estos facilitan no solo el movimiento de bienes, sino también el intercambio de energía, información y servicios. En Asia Occidental debemos comprender que la independencia está entrelazada con la participación de un país en la cadena de valor global.

Las garantías de seguridad energética presentan otra oportunidad para la interdependencia. Los acuerdos regionales de energía deben estar orientados a salvaguardar rutas y explorar recursos energéticos sostenibles. El vasto potencial sin explotar de la meseta iraní y otros terrenos dentro de la comunidad MWADA, adecuados para parques solares y eólicos, hace que la cooperación para producir energía limpia sea económicamente viable, tanto para la región como más allá.

MWADA también puede anunciar una nueva cooperación regional en la libertad de navegación, incluidas patrullas conjuntas de seguridad marítima. La región alberga puntos estratégicos como el Estrecho de Ormuz, el Canal de Suez y el Estrecho de Bab el-Mandeb. Irán, dada su ubicación y experiencia en seguridad, está en una posición única para contribuir a la seguridad de vías marítimas como el Estrecho de Ormuz. Otros pueden desempeñar un papel líder en asegurar Suez y Bab el-Mandeb. La Iniciativa de Paz de Ormuz o HOPE—introducida por Irán hace casi cinco años—representó un ejemplo significativo de una iniciativa regional destinada a fomentar la paz y la estabilidad en la comunidad de Ormuz, reuniendo a muchos estados. Esa propuesta puede cobrar nueva vida bajo MWADA, principalmente debido a las relaciones mucho mejoradas entre Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita hoy. Una asociación entre Irán y Arabia Saudita—dos de las potencias más influyentes de la región—jugará un papel crucial. Al fomentar la unidad y la hermandad entre musulmanes chiitas y sunitas, podemos contrarrestar el extremismo y la lucha sectaria que históricamente han desestabilizado la región.

Trabajar hacia una región libre de armas nucleares y revivir el acuerdo nuclear con Irán (el JCPOA) son componentes esenciales de esta visión. Este enfoque no solo debe abordar la proliferación nuclear, sino también reforzar un compromiso colectivo con la paz y la estabilidad. El marco de MWADA también debe priorizar la cooperación en intercambios culturales, gestión del agua, lucha contra el terrorismo y campañas mediáticas que promuevan la convivencia.

 

El papel de Irán

Al igual que otros participantes, Irán desempeñará un papel indispensable. Durante los últimos 45 años, mi país ha demostrado una notable resiliencia y autosuficiencia en seguridad y defensa, logrando sobrevivir e incluso prosperar; no solo sin asistencia extranjera, sino a pesar de la presión de potencias extra-regionales.

La percepción ampliamente extendida de que Irán pierde influencia en la región proviene de la suposición errónea de que Irán ha tenido relaciones de patrocinio con fuerzas de resistencia. La resistencia tiene sus raíces en la ocupación israelí de tierras árabes y la profanación de sitios sagrados islámicos, el apartheid, el genocidio y la agresión constante contra sus vecinos. Existía antes de la revolución iraní de 1979 y continuará mientras persistan sus causas fundamentales. Atribuirlo a Irán puede servir como una campaña de relaciones públicas, pero obstaculizará cualquier resolución.

Como todas las naciones, Irán ha enfrentado sus desafíos y errores. El pueblo iraní, habiendo soportado sacrificios significativos, ahora está preparado—con resiliencia y confianza—para dar pasos audaces. Esta transición de un enfoque basado en amenazas a un enfoque basado en oportunidades está completamente alineada con la visión que el presidente Pezhkian (y yo mismo) planteamos durante la campaña electoral del verano pasado en Irán.

MWADA nos desafía a re-imaginar la región no como un campo de batalla, sino como un centro de mwada, amistad y empatía, caracterizado por la búsqueda de oportunidades compartidas y prosperidad colectiva. Es esencial participar en conversaciones significativas—e incluso francas—que nos permitan forjar un futuro definido por la cooperación, el desarrollo compartido y sostenible, la justicia social y el bienestar, y una renovada esperanza.

Transformar Asia Occidental en un faro de paz y colaboración no es solo una aspiración idealista; es tanto un imperativo estratégico como un objetivo alcanzable que requiere únicamente compromiso, diálogo y una visión compartida. MWADA puede ser la plataforma de transformación. Aprovechemos esta oportunidad para construir una Asia Occidental estable, próspera y pacífica, una en la que la empatía, la comprensión y la colaboración reemplacen la discordia y la división. Aquellos de nosotros en los respectivos gobiernos de nuestros estados debemos aprovechar la oportunidad de comenzar a mirar hacia el futuro en lugar de permanecer prisioneros del pasado. Es hora de actuar.