Escuchar la noticia del martirio sincero, apasionado y valiente del gran adalid del Frente de la Resistencia contra la arrogancia global, lastimó el corazón de todo iraní e hizo brotar lágrimas de dolor de los ojos de todos los hombres libres.
El martirio es la recompensa mínima de sesenta años de vida fiel y de lucha sincera del Mártir Qassem Soleimani. Ciertamente que, para él, la muerte en el camino de la verdad y la lucha en el camino de satisfacer al Creador es más dulce que el néctar de miel y más apetecible que la leche materna. El mundo para él no era más que algo de poco valor. Las apariencias y la arrogancia de esta vida y sus reglas sin sentido, se las tomaba a la ligera, y nunca se rindió ante las tentaciones y delicias de este mundo ni ante las penurias y dificultades de la lucha. Para él hubiera sido una vergüenza que la muerte lo encontrara durmiendo en la comodidad de su cama, y le pedía al Dios de los mártires en sus súplicas y oraciones, ser martirizado y unirse a sus compañeros mártires, desde el Mártir Boroujerdi hasta el Mártir Hemmat y desde el Mártir Kazemi y el Mártir Hamedani hasta el Mártir Hoyayi…
El gran mártir Qassem Soleimani, no solo fue un combatiente abnegado, no solo fue un comandante eminente y siempre presente en el campo de batalla, no sólo fue un gran estratega militar -como lo reconocen sus enemigos-, además de todo eso, fue un sagaz político y un virtuoso pensador que enseñó a los grandes líderes mundiales una lección de coraje, capacidad de gestión, discernimiento y percepción política. Impresionó a todos por su amplitud y profundidad de visión, y profundo conocimiento de los temas políticos y estratégicos. El querido Mártir Qassem, esa figura atrayente y majestuosa, aunque no tenía en su trayectoria una carrera política ni dio pasos para formar parte de un gobierno, pero con un guiño del ojo y sutil ojeada, dejaba estupefacto al mundo arrogante con su grandeza.
Mi escritor que no fue a la escuela y no escribió.
Con un parpadeo, se convirtió en un profesor que enseñaba asuntos a cientos de profesores.
Fue un ejemplo concreto y una explicación práctica de los versículos de la lucha y el martirio de nuestro libro celestial, el Sagrado Corán: “Entre los creyentes hay hombres que cumplen lo que han prometido a Dios. Entre ellos hay quienes ya han cumplido su promesa y hay otros que aún esperan y no han cambiado en absoluto.” (Al-Aĥzāb:23)
“Y no creáis en absoluto que aquellos que han sido matados en la senda de Dios están muertos. Sino que están vivos y provistos de todo junto a su Señor.” (Āle ‘Imrān: 169)
Fue el espejo perfecto de los atributos de la belleza y la gloria de Dios y un verdadero ejemplo. “Muhammad el Mensajero de Dios y los que con él están son severos con los que tratan de ocultar la Verdad y misericordiosos entre ellos. Les verás inclinándose y prosternándose, buscando el favor de Dios y Su satisfacción. En sus rostros se perciben las señales por efecto de su prosternación. Así están descritos en la Torá y en el Evangelio.” (Al-Fatĥ: 29). Basta recordar las implacables escenas de batalla de este valiente comandante en la lucha contra los salvajes del ISIS y otros grupos terroristas extremistas en Irak y en Siria, y las imágenes de él consolando a los niños huérfanos en medio de las oprimidas víctimas del terrorismo.
Pero sin duda, entre los versos y signos divinos que se mencionan en el esclarecedor libro del Corán, la dignidad de la revelación del santo verso “Y quienes se esfuercen por Nosotros, ciertamente, les guiaremos a Nuestros caminos. En verdad, Dios está con quienes hacen el bien.” (Al- ‘Ankabūt:69); el Mártir Soleimani y los mártires de entre sus compañeros de combate tienen como recompensa por sus esfuerzos y lucha en el camino de Dios el haber sido guiados en Su camino. Sí, el mártir Qassem Soleimani fue una persona divinamente encaminada y siguió el camino del sendero recto hasta que finalmente llegó a Dios. El mártir Qassem Soleimani y los mártires que defendieron el honor de Irán y de su pueblo, con su incomparable labor, proporcionaron una nueva definición del fervor y la pasión y en el siglo XXI cambiaron los estándares de la pasión histórica y mística y demostraron que sin la mediación humana el amor puede ser directamente humano, se puede tener una genuina pasión por Dios y permanecer sincera y apasionadamente fieles al compromiso con Dios.
Sí, hubiera sido muy lamentable que un ser humano con su grandeza, dedicación, generosidad y altos grados espirituales se viera privado de la gracia del martirio. El martirio es el arte de los hombres de Dios y quién sino más cercano a Dios en lo que respecta a atributos e ideales que Qassem Soleimani. Aunque su vacío de que ya no esté es doloroso y desgarrador y es imposible llenar ese lugar, pero en estos días de tristeza y congoja para nosotros los que vivimos en la Tierra y de alegría y felicidad para la gente del Paraíso, le decimos:
¡Que el martirio sea el deleite de tu ser! ¡Felicidades por haber alcanzado el compañerismo de los santos y Profetas de Dios! ¡Que tu recompensa sea disfrutar de las vastas bendiciones del paraíso, oh glorioso mártir!